Reverendo Robert Johnnene Ofd.

“La iglesia primitiva bendice las relaciones tan heterosexuales como entre el mismo sexo”

Reverendo Robert Johnnene Ofd.
Pastor franciscano 
Comunidad de Sant Sergio y San Baco
Boston, EEUU


El reverendo Robert Johnnene es pastor de los Franciscanos de la Divina Gracia, en la rama de la Antigua Iglesia Católica. En Boston, el Reverendo Bob Johnnene dirige la Mission of Saint Sergius and Baccus, una comunidad independiente, inclusiva y reformista. Johnnene es un hombre con una sonrisa de bonachón, altísimo, que impone pero solo de vista. Un hombre dialogan y sencillo, siempre vestido con los ropajes oscuros y de color café, de los franciscanos. 

¿Cómo puede aceptar su condición sexual, creer en Dios y ser un buen cristiano al mismo tiempo? 
Dios lo creó todo; todo lo que encontramos en la naturaleza ha sido creado por dios. Él también hizo a las personas, con su orientación sexual determinada, ya sea homosexual o heterosexual. Si eso es así, es que ya entra en los planes de Dios que haya homosexuales y heterosexuales. Y que Dios ya lo prevea, significa que no debe de haber ningún problema con ello. 

Imaginemos que un chico joven le confiesa que es homosexual y que se arrepiente. ¿Qué le diría?
En primer lugar que Dios perdona todos los pecados. Hasta su hijo, Cristo, murió para que los pecados de todos los hombres fueran perdonados. Sin embargo, el hecho de ser homosexual no es ningún pecado. El pecado es que, siendo homosexual o heterosexual, utilices mal el don y regalo de la sexualidad, que Dios da a los hombres y las mujeres. El acto sexual está justificado en un contexto de relación de amor entre dos personas, sean del sexo que sean, pero en ningún caso en un uso individual e indiscriminado de la sexualidad. 

¿Como es posible que haya tantas diferencias en la interpretación de la homosexualidad, dentro de la Iglesia? 
Debemos acostumbrarme a diferenciar los pasajes literarios donde nos habla de la homosexualidad o donde se condenan algunas prácticas sexuales. El pecado de la ciudad de Sodoma, por ejemplo, no fue la homosexualidad, aunque el Levítico la nombre. Por lo que se refiere a las Epístolas de Pablo, lo que condena en realidad son las prácticas de griegos y romanos que utilizaban los actos sexuales en la adoración de sus dioses. La iglesia primitiva bendice las relaciones tan heterosexuales como entre personas del mismo sexo. Puede haber uniones santas de personas del mismo sexo. Sin embargo, el Sagramento del Matrimonio solo es posible entre un hombre y una mujer, donde el acto sexual debe ser voluntad de Dios, y con la finalidad de engendrar. Por otro lado, la masturbación no es un pecado, y además se ha comprobado que es una forma muy saludable para evitar contraer algunas enfermedades. 

Algunos obispos esgrimen el concepto de la familia tradicional para rechazar la homosexualidad y las parejas homosexuales, así como los matrimonios de personas del mismo sexo. 
Si estamos bautizados, todos somos miembros de la familia de Cristo, todos somos hijos e hijas de Dios, y hermanos y hermanas de Cristo. Debemos tener en cuenta, sin embargo, las diferencias entre una unión bendecida, y un matrimonio, tal como te contaba antes. 

¿A usted le ha afectado su homosexualidad en su tarea pastoral? 
Sólo puedo decirte que siento que cada ser humano es hijo de Dios, y que Nuestro Señor crea personas con una orientación sexual diferente por razones que sólo él puede conocer. Por tanto debemos respetar su decisión de crear personas con una orientación homosexual y no discriminarles o alejarlos de la palabra de Dios. Necesitamos dejar que la reivindicación homosexual, a menudo menospreciada, ocupe el lugar que le corresponde dentro del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia, y que participen de los Sacramentos y de la bendición de Dios.